Mucha de la gente más popular en el mundo no ha encontrado un amor que dura.
Para ti, sin embargo, puede ser diferente.Parece como si en nuestro fuero interno hubiera una añoranza que ni siquiera cien amantes podrían satisfacer. Aun así, todavía hay esperanza. Tu sueño puede hacerse realidad.
Anímate a soñar
¿Cuánta belleza necesita una mujer antes de que ya no necesite el amor? ¿Cuántas veces necesita un hombre ver fotos de mujeres desnudas para calmar el dolor de la soledad?
Todo dentro de nosotros pide amor a gritos. Nada puede reempezarlo. Los científicos han examinado a adictos de sombras de sexo - pornografía, sexo telefónico, una aventura de una noche, masturbación etc. Descubrieron que es la necesidad de amor que les lleva a hacerse adictos. [1]
Aun así estar enamorado es arriesgado. La belleza se marchita. La gente cambia. En cualquier momento podríamos perder a aquellos que amamos por la muerte o una infinidad de cosas. Cuanto más grande es nuestro amor, más grande el dolor que corremos peligro de sufrir.
Si la verdad nos deja frío, sin embargo, nuestros sueños entrañan demasiados riesgos. Nuestros mayores anhelos parecen tan fuera del alcance que no queremos pensarlo, aun así ya se quedan, como un dolor sordo que no quiere salir.
Sólo por un momento, enfréntate a tus mayores anhelos, por imposible que parezcan. Anímate a ver lo que te muestran.
Suspiras por alguien:
* en quien puedas confiar completamente
* con quien puedas ser totalmente sincero
Tu deseo secreto es de alguien:
* cuya mente, fuerza y belleza nunca disminuirá
* que no sólo sepa todo lo que has sufrido y disfrutado, sino que haya estado contigo en todo
* que siempre y enteramente te entienda
Necesitas a alguien que:
* satisfaga tus necesidades tan exactamente que parezca que ustedes estuvieran hechos el uno para el otro
* no sólo sienta tu dolor, sino que siempre pueda ayudarte por serios que sean tus necesidades
* conozca tu secreto más oscuro y todos y cada uno de tus pensamientos, y todavía tenga muy buena opinión de ti
* siempre pueda estar contigo, estés donde estés, en el momento que quieras a tu compañero
* siempre te amará con un amor tan grande que siempre te emocione y te satisfaga
* siempre potencie al máximo de tu capacidad, te ayude a alcanzar lo más alto que puede alcanzar
Quieres tener alguien que siempre te ayude, pero nunca ponga freno a tu crecimiento personal; alguien de quien nunca vas a cansarte, y alguien que nunca va a cambiar.
Finalmente, tan imposible como te parece, quieres estar libre del miedo constante de perder a la persona que signifique más que nadie para ti. Necesitas un amante que nunca pueda ser afectado por la enfermedad o la muerte.
¡Una persona tendría que ser Dios para satisfacernos! ¿Y cómo podría ayudar? Somos de carne y hueso. Dios, si existe, es algún Espíritu distante que no podemos conocer. La idea de amistad con Dios es ridícula.
¿O puede que no?
* de quien siempre estarás orgulloso
¡Esto es ridículo!
Pero Dios es aguafiestas, ¡arruina nuestra diversión! ¿O es el pecado que acaba con la alegría? prometiendo tanto y después dando la conciencia sucia, la resaca, la experiencia desalentadora, el embarazo no deseado, la enfermedad de transmisión sexual, el rechazo, la vergüenza, el dolor, la culpa. Habla con personas que han sido perjudicadas por el pecado de otros las víctimas de robo, violencia, adicción, divorcio, odio y egoísmo. ¿Y ésos que se dan cuenta de que no pueden parar de hacer cosas malas que originalmente les gustaba hacer pero ahora las aborrecen? Pregúntales a algunas de estas personas si hacer las cosas a la manera de Dios mata la alegría o crea la alegría.
¡Pero Dios es aburrido y soso! ¿Estás seguro? ¿El Dios que puede hacer cualquier cosa cosas tan maravillosas que ni podemos imaginarlas? ¿No sería una aventura interminable una vida llena de sorpresas para estar enamorado de la única Persona que siempre puede superar tus sueños más imposibles?
Él nos ofrece amistad interminable y poder sin límites que pueden llenar el hueco sin fondo dentro de nosotros. Esta persona emocionante es el compañero perfecto por quien suspiras.
Pero necesito alguien que pueda tocar. Dios conoce todas tus necesidades.
El mayor romance
Eres apasionadamente amado. Con los demás podrías ser sólo uno del montón, pero no es así con Él que te hizo. A los ojos de la única Persona importante, eres una persona extraordinaria. Le importas tanto a Él que Dios quiere tener algo como un matrimonio perfecto contigo.
Creer en alguien no significa que se está casado. Ni creer en Dios nos da el derecho a vivir con Dios. No es suficiente para llegar al altar. El matrimonio verdadero es creer en alguien tan completamente que se da todo su ser y todo lo que se tiene a esa persona de por vida. Tu Hacedor tiene muchos deseos de hacerlo por ti, pero en un matrimonio que funciona los dos compañeros tienen que hacerlo.
Si una muchacha de la calle se casara con un millonario, ella recibiría sus riquezas y él conseguiría sus deudas. Él adquiriría su vergüenza y ella ganaría su honor. Para que esto suceda, ella tiene que apartarse de otros hombres y unirse y compartir sus pocos bienes con este hombre en matrimonio. Todas las cosas de él llegarían a ser de ella, si ella permitiera compartir sus propios bienes.
Del mismo modo, si le damos a Dios todo lo que tenemos, nuestro tiempo, capacidades, relaciones y todo lo que poseemos, Él nos inundará con una generosidad que sólo Dios puede mostrar. Entregamos a Jesús las cosas vergonzosas que hemos hecho, incluso renunciando a nuestro pecado favorito. Esto llega a ser de Él. Eso es lo que lo mató. A cambio, la perfección inmaculada de Jesús llega a ser nuestra, y por consiguiente podemos disfrutar de la más íntima relación con el Santo Dios.
Por llegar a ser uno con Dios, le damos el derecho para hacer lo que quiere con todo lo que tenemos, pero el Dueño del universo hace disponible sus riquezas por nosotros. Cambiamos nuestras habilidades por su poder sin límites, nuestros intentos de dirigir nuestras vidas por su sabiduría sin límites. Le damos nuestro tiempo en la Tierra y Él nos da la eternidad.
En todos los aspectos, te beneficias por la oferta de Dios y él pierde. Pero Dios está enamorado de ti. Desea esta unión santa más que puedes imaginar. No le entristezcas refrenándote.
Un matrimonio hecho en el cielo
El siguiente es como un matrimonio en que te entregas al Señor y lo conviertes en tu Dios. A cambio, el Rey de reyes te hace digno de llegar a ser uno espiritualmente con él y te promete dedicarse a ti. Si la siguiente describe tus sentimientos, puedes adoptarla como tu oración, leyéndosela a Dios.
Me duele admitir que he sido tan malo. Aunque te he causado tristeza, enviaste a tu Hijo que dio su vida y venció la muerte para que pudieras verme como si yo nunca hubiera hecho nada malo en mi vida.
Te has entregado totalmente por mí y anhelo devolverte tu gran amor, agradándote con todo lo que tengo. Te acepto como mi Dios de hoy en adelante. Te amaré, te honraré y te obedeceré. Me entrego a tu cariñosa protección y orientación. Te entrego mis pecados renunciando incluso a esos pecados que me gustan. Y a cambio recibo tu perdón y tu pureza y tu poder para vivir una vida que te mereces.
Te doy las gracias que hemos empezado una amistad tan íntima y tan poderosa que ni siquiera la muerte puede romperla.
El Señor del cielo y la tierra conoce tus pensamientos secretos. Si oraste toda la oración sinceramente, has entrado en un nuevo mundo espiritual. Eso es difícil de creer. Todo parece lo mismo. Pero el Cielo ve lo que no puedes ver. Tu "matrimonio" que va a cambiar tu vida ha empezado.
La prueba no está en tus sentimientos (como sentirte culpable o alegrarte), sino en la honradez del Santo Dios. Él ha dado su palabra (en la Biblia) que quienquiera que se aparte del pecado y busque limpieza en Jesús, tendrá un futuro completamente nuevo. ¡Dios no es mentiroso!
Si ésta es la primera vez que has orado sinceramente una oración así, necesitas más apoyo inmediatamente. Mándame un correo electrónico ahorita. Sólo unas pocas palabras de ti me dan la oportunidad para orar por ti y enviarte más información.
Manda un email a Christopher
christopherbooth@hotmail.com
Manda un email a Grantley (sólo en ingles)
spanish@net-burst.com
El compañero perfecto
En el romance a la antigua, los jóvenes enamorados se desenchufaban de la realidad y dejaban volar los sueños. Curiosamente, aunque no eran personas religiosas, se daban cuenta de que usaban palabras religiosas para describir sus esperanzas y sentimientos:
* Ella lo idolatra
* Él la venera (venerar es un sinónimo de adorar)
* Eres divino
* Él es celestial
* Él besa el suelo que ella pisa
* ¡Cielo mío!
Como estas personas descubrieron, inconscientemente nos damos cuenta de que hay una conexión entre la religión y el sumo amor que podemos desear.
El gran dolor dentro de ti va a quedarse hasta que disfrutes la unidad emocionante y plena con Aquél que te hizo. Dios es el compañero perfecto que anhelas. Pero su misma perfección lo hace inabordable. El Todopoderoso es terriblemente puro, totalmente bueno y completamente sin defecto. Dios es tan perfecto que Él es como una luz cegadora. Somos tinieblas en comparación con Él. Y la presencia de la luz destruye las tinieblas.
Volver a la realidad
Nosotros volvemos a la realidad. Hay una respuesta, pero para darse cuenta lo maravillosa que es la respuesta, tenemos que considerar el tamaño del problema. Enfrentar el problema es tan desagradable que queremos borrarlo de la mente; somos como personas en una prisión oscura que después de ver de repente la luz brillante del sol queremos taparla. Pero solamente cuando enfrentas la verdad puedes ser libre.
Si fuéramos a un hospital y nos encontráramos un doctor que estuviera esterilizado para cirugía, no podría tocarnos. Parecemos limpios, pero no estaríamos limpios con los niveles de calidad que necesitaría mantener. Somos así en la presencia del Señor santo. Nosotros podemos ser tan buenos en comparación con otras personas, pero con respecto a la perfección absoluta de sus niveles somos leprosos morales enfermos espiritualmente. Dios tiene que mantener su distancia.
Ésa parece una reacción fuerte. Pero hemos estado rodeados de imperfección toda nuestra vida y nuestra capacidad de vernos claramente ha sido afectada. En el fondo sospechamos lo peor pero huimos como gente que rechaza un diagnóstico de cáncer, aunque el tratamiento en sus comienzos resulta en vida, no en muerte.
Por un lado nos sentimos bien cuando tenemos noticias de un terrible crimen que nunca haríamos. Y secretamente disfrutamos cuando descubrimos los fracasos morales de personas que habían parecido buenas. No es crueldad que nos hace sentir así, sino un intento desesperado de ahogar los gritos de nuestra propia conciencia sucia. Tratamos de llenar nuestras vidas con actividad sin límites para que no tengamos que pensarlo, sin embargo en el fondo sabemos que somos culpables en la presencia de un Dios santo. Aun cuando pensamos que hemos apartado la idea de la cabeza, nos controla más de lo que nos damos cuenta. Una manera para descargarnos la conciencia es ponerle peros a cualquier persona que parezca vivir una vida mejor que nosotros. Así que somos dados a criticar y casi nunca nos damos cuenta por qué lo hacemos. Algunos de nosotros se vuelven tan desesperados que incluso tratan de acusar a Dios de hacer mal. Si podemos manchar su buen nombre, tal vez podamos sentirnos mejor sobre nuestros propios fracasos.
Rechazamos las leyes de Dios, nos hacemos daño unos a otros y después tenemos el descaro de echarle la culpa a Dios del lío. "¿Por qué los inocentes sufren?" nos quejamos mientras que nos resulta muy cómodo olvidarnos de los tiempos cuando nuestra ira, avaricia y mentiras han hecho daño a los inocentes. Por supuesto, hay ciertos tipos de daño que decimos no son tan malos, y el daño que hemos hecho da la casualidad de que es el tipo de cosa que decimos no es tan malo. Es parecido a ser reprobado en un examen en el colegio y después cambiar la nota mínima para aprobar para asegurar que lucimos. Un Dios santo nunca podría tomar parte en tal deshonestidad.
Si Dios es un Dios de amor, ¿porque permite todo el mal en este mundo? Para alguien que su propia hipocresía no lo ciega, la razón es obvia. Dios está deseando destruir todo el mal, y se acerca rápidamente el momento en que lo hará (2 Pedro 3:9-13). ¿Pero cómo, sin ser totalmente injusto, podría hacer esto sin destruirnos?
(¡No te preocupes! ¡Este cuento tiene un final feliz! Hay recompensas generosas para los que tienen valor para aceptar la realidad que por dentro sabemos que es la verdad. Dios puede embellecernos más de lo que podemos imaginar. No necesitamos actuar como enfermos de quemaduras rompiendo espejos.)
Llegar a ser hermoso
Si cambiáramos y nunca pensáramos otro pensamiento malo, no ayudaría la situación. Si por tener relaciones sexuales cayera enfermo con sida, decidiendo nunca tener relaciones sexuales no se curaría. El pecado en nuestro pasado es como el sida en la sangre. Nadie puede cambiar el pasado.
Algunas cosas serían malas e injustas si Dios las hiciera. Considera un hombre en la corte hallado culpable de conducir con imprudencia temeraria. Y da la casualidad de que el juez es un amigo íntimo. ¿Sería justo si el juez dijera que su amigo culpable es inocente? ¿O podría multar al infractor menos porque son amigos? Sólo un juez despreciable podría permitir delincuencia o llevar favoritismos.
Y Dios es nuestro Juez, porque no existe una persona que se hizo a sí mismo. Ninguno de nosotros decidió nacer, ni siquiera podemos diseñar las huellas digitales de nuestros hijos. Dios hizo la cabeza con que pensamos. El Señor es hacedor y por lo tanto dueño de todo lo que hemos usado o abusado. Le debemos todo. Nos guste o no nos guste, eso significa que tenemos que responder a Dios de cada una de nuestras acciones. Nuestro egoísmo ha hecho daño a otras personas. Sería un escándalo si el Juez Supremo dejara de tener en cuenta nuestras fechorías. Somos los que le gritan a Dios cuando vemos a otras personas que hacen mal y quedan impunes. Por lo tanto, aunque Dios te ama más de lo que pueden expresar las palabras, tiene que declararte culpable. Y la justicia exige que se paguen las consecuencias.
Eso deja solamente dos alternativas. O tú pagas las consecuencias o alguien paga por ti.
Sería absurdo para mí considerar responsabilizarme de las consecuencias. Tengo mi propia maldad por la que necesito responder. Sin embargo, hace dos mil años que el Hijo de Dios dejó su tribunal celestial y vino al mundo. Se hizo el único humano que ha vivido una vida perfecta. Al lado del resplandor de su pureza, nuestros mejores intentos de hacer el bien parecen fango. Por consiguiente, cuando Cristo sufrió por voluntad propia el dolor y la vergüenza de una muerte como si fuera criminal, algo de importancia trascendental pasaba. El Hijo inocente de Dios asumía la responsabilidad completa por tu pecado.
Sufrió no sólo tormento físico sino también agonía espiritual indescriptible. En la cruz la única persona que ha disfrutado de unidad con Dios gritó: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Dios Padre tuvo que abandonar a su Hijo predilecto tratándolo como la peor persona del mundo hasta que se pagó el castigo horroroso en su totalidad. Después de sufrir el castigo íntegro de nuestra maldad, Cristo venció el dominio de la muerte y volvió a vivir, abriendo un sendero que podemos seguir.
Eres el centro de esta demostración de infarto del amor, el mayor amor que el universo ha conocido. ¿Vas a continuar rechazándolo?
Disfruta la mayor aventura
Por morir en nuestro lugar, Jesús legalizó que cualquier persona, aunque culpable, puede ser libre de culpa. Pero hay algo que necesitas hacer antes de poder librarte de los cargos.
Para ser amigo con el Señor del universo, para tener la fuerza de Dios corriendo en tu vida y para alcanzar las cúspides para que fueras hecho, éste te exige una respuesta. Para explicar, volvamos al caso de conducir con imprudencia temeraria.
Un juez tendría que multar a su amigo por delinquir. Sin embargo, es legal completamente para ofrecerle a un amigo dinero para pagar la multa. Después, es la elección del infractor si acepta el regalo del juez.
Rompería el corazón de Jesús si ignoraras su ofrecimiento para sufrir por ti. Eso quiere decir que tienes que pagar las consecuencias tú mismo. Eso es lo último que le faltaría. Dios tiene afán de salvarte de los horrores del infierno y darte una asociación consigo que es plena y que puede cambiar tu vida. Pero tienes que aceptar el regalo. Eso supone reconocer que necesitas el regalo que solamente el sacrificio de Jesús puede eliminar tu culpa.
Hay un factor más. ¿Y si el conductor malo no se arrepiente de nada? Si piensa continuar violando las reglas de la carretera, es un peligro para otros. Estaría mal dejarlo en libertad.
Igualmente, estaría mal si Dios nos perdonara antes de que nuestra actitud hacia el pecado haya cambiado.
Tiemblo al pensar en los miles incontables de personas que trágicamente no han entendido este hecho. Una segunda ilustración confirmará la importancia.
Quedas atrapado en un mar de pecado. Las aguas sin fondo lamen los acantilados imponentes. Nadie puede flotar siempre. Tienes terror a las profundidades excepto un lugar. Has encontrado un lugar donde las aguas mortales parecen agradables. ¿Cómo alguien puede tomar en serio tus gritos de socorro si chapoteas divirtiéndote? ¿Y de qué sirve salvar a alguien que está empeñado en volver a tirarse en el mar mortal después de cada intento de rescate? Nadie con una dedicación suicida al pecado puede ser salvado.
Esto no quiere decir que tienes que empezar a vivir una vida sin pecado para disfrutar perdón. El pecado nos domina con fuerza. Solamente Jesús puede romper su poder. ¿Pero quieres que él lo haga? ¿Quieres estar libre para siempre de tu pecado favorito?
Dios nos honra por respetar nuestros deseos. Si no queremos que Él sea nuestro Dios dejándolo tener el control total de nuestras vidas lo entristece y lo horroriza, pero en su humildad nos deja hacer lo que queremos. Nadie ha sufrido el dolor del amor rechazado como Dios.
Nunca se puede ser obligado a querer a alguien. Tampoco se puede ser obligado a desear pureza de corazón. El Dador ha hecho todo lo posible. Como tú quieres.
Ignorar a nuestro Creador es el colmo del egoísmo. Él es la Fuente de todo lo bueno que hemos disfrutado. (Incluso el placer superficial del pecado, esa sombra escurridiza del auténtico, es posible solamente debido a nuestra capacidad divina de experimentar gusto.) Cada cosa maravillosa que damos por descontada proviene de él. Él incluso sostiene nuestros átomos. Cuida incluso a los que lo ignoran, dándoles una y otra vez para responder a su pasmoso amor. No quieren que Dios se entrometa, pero se involucra de todos modos colmándolos con mil dádivas suaves, cariñosas, hermosas, deliciosas, ricas, refrescantes, emocionantes y alentadoras. Sin embargo, al terminar esta vida los que querían en la Tierra ser libre de Dios finalmente se les concede su deseo. Ese es el último horror. Ser cortado para siempre de la Fuente de todo el amor, la belleza, la satisfacción y el gozo es algo demasiado aterrador para pensar.
Sin embargo, si quieres estar acabado con impíos "placeres" y confías en el hecho que Jesús murió por tus pecados, le permites a Dios hacer lo que anhela hacer cancelar tu deuda a justicia e ingresar la perfección moral de Cristo en tu cuenta. Eso te hace tan puro para él que ya no necesitas alejarte de su presencia. Entonces puedes empezar una amistad interminable con la más maravillosa Persona en el universo.
¿Ya te gustaría orar para dar tu vida a Dios?Sí
¿Sientes que es demasiado prematuro para dar tu vida a Dios? Si es así, escoge uno de las siguientes:
Grantley Morris (solamente en inglés)
Not to be sold. © Copyright, Grantley Morris, 1996, 2007.
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